
En diciembre de 2024, las importaciones de alimentos y bebidas alcanzaron los u$s242 millones, marcando un aumento del 82% interanual. La llegada masiva de productos como cebollas, zanahorias y vinos impacta en las economías regionales y en la competitividad del sector agroindustrial local.
Las importaciones argentinas de alimentos y bebidas experimentaron un crecimiento histórico durante diciembre de 2024, alcanzando los u$s242 millones, lo que representa un incremento del 82% respecto al mismo mes del año anterior. Este fenómeno, reportado por el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino, se vincula a la desregulación del comercio exterior, la apreciación del tipo de cambio y el alza en los costos de producción.
Entre los productos más afectados por el incremento de importaciones destacan las cebollas, con un crecimiento del 6.889% en su ingreso al país, seguidas por las zanahorias (6.019%), los tomates (5.853%), el vino (594%) y los limones (591%). Estas cifras generan alarma, ya que muchos de estos productos son tradicionalmente cultivados en el país, y su reemplazo por mercancías extranjeras pone en riesgo a las economías regionales que dependen de su producción.
El sector agroindustrial argentino enfrenta un panorama desafiante para 2025, con una persistente apreciación cambiaria que podría mantener la presión sobre la competitividad de los productores locales frente a los productos importados. “La creciente entrada de productos extranjeros afecta directamente al campo, que ya venía golpeado por sequías y otros factores adversos”, señalaron desde el Instituto.
De mantenerse esta tendencia, las cadenas productivas locales deberán buscar estrategias para sobrevivir en un mercado interno cada vez más dominado por las importaciones, generando preocupación sobre el futuro de la soberanía alimentaria del país.